Desde un magnífico medio como es internet, me permito hacer un llamamiento a los entrenadores y dirigentes para que todos incidamos en desterrar malos hábitos en los deportistas, sean del nivel que sean y crear en ellos una mentalidad sana, porque sólo desde ella conseguiremos mejores deportistas y en consecuencia mejores personas.
Me parece un gran error fomentar o facilitar cualquier tipo de “ayuda” externa en forma, por ejemplo de complemento energético, geles, etc. ¿Qué hará este joven deportista el día que con ese complemento energético no llegue al nivel que buscaba o esperaba?, seguramente buscar otro tipo de “ayudas”. Éstas pueden ser de muchos tipos. Algunas seguramente inofensivas; pero corremos el peligro de forzar a nuestros jóvenes deportistas a buscar “otro tipo de sustancias”, seguramente no tan inocuas, para poder seguir manteniendo el nivel, o para intentar llegar al deseado. La prueba la tenemos en nuestra sociedad. Cada día estamos viendo en los medios de comunicación escándalos protagonizados por deportistas de élite por consumo u otras actividades con sustancias prohibidas.
La formación del entrenador va a influir muy directamente en la actitud vital del niño. Entrenar a jóvenes lleva implícito, aparte de los conocimientos propios del deporte en cuestión que se dan por supuestos, contar con la suficiente capacidad para transmitir un estilo de vida, una forma de actuar acorde con unos planteamientos donde la vida sana, la capacidad de trabajo, el espíritu de compañerismo, y la amistad estén por encima, incluso, de la categoría que pueda el individuo adquirir como deportista, porque a la larga es mucho más importante SER PERSONA que ser simplemente deportista o que simplemente practicar deporte.
Estoy completamente de acuerdo contigo Talo: el papel del entrenador es muy importante, y no sólo desde el punto de vista de la preparación deportiva, sino como persona que debe saber encauzar por el camino adecuado las experiencias, muy intensas en estas edades, que va a vivir un chaval cuando entrena y compite. De ellas nacerá, sin saberlo, el aprendizaje de valores que con el tiempo se reflejarán en su calidad como persona, que al fin y al cabo es más importante que ser buen deportista.
ResponderEliminarUn saludo.