¡¡COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS!!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Llegamos a Santiago

Desde la entrada en Galicia, se suceden los kilómetros y los relevos donde todos estamos dispuestos a animar y ayudar a cualquiera en cualquier circunstancia.
Con el cambio horario nos llegó la noche y con todas las precauciones continuamos hasta donde el sentido común nos dijo que había que parar y esto fue a 2 kms de Palas de Rei, de donde al día siguiente yo mismo emprendería la marcha.

Con un buen madrugón y un tentempie que agradecimos salimos del hotel, Álvaro, Luis A. Rasta y yo, en busca del lugar donde lo dejamos la noche anterior. Comenzaba a clarear el día paro por precaución me coloque el chaleco reflectante. Cuando me quise dar cuenta estaba en Palas, enseguida identifique el ayuntamiento, y me situé recordando el camino recorrido 12 años antes. Tuve problemas para salir del pueblo, ya que las indicaciones son poco claras y en muchos casos contradictorias, pero por fin cogí camino a Santiago. Al poco de salir de Palas, abandoné la carretera para ya hasta el relevo correr por caminos. 

Caminos por los que difícilmente circula una bicicleta, llenos de baches, raíces y pronunciadas subidas y bajadas. El panorama era impresionante, el camino trascurre bajo un sin fin de bóvedas vegetales, por las que se filtran los primeros rayos del día, acrecentando la belleza y el misterio del recorrido. Poco a poco se suceden las aldeas, adelantando a peregrinos a pie, que jalonan todo el camino, gracias a los cuales puedo seguir sin mayores dificultades, ya que en este tramo la señalización dejo mucho que desear.  Para llegar a mi destino, donde en la última cuesta me adelantan un pelotón de ciclistas, que van a ser nuestros compañeros y referentes hasta el Monte del Gozo.

Desde el Monte, donde esperamos a los últimos relevistas, Juan C y Jose M., hasta Santiago, todos juntos en pelotón recorriendo las calles compostelanas hasta llegar a la Plaza del Obradoiro, donde nos esperaban y recibieron, Carlos Agustín y una intensa lluvia que no podía faltar en Santiago. Fotos de rigor y a abrazar al Santo, cumpliendo con la tradición. Mientras Agustín hizo las gestiones burocráticas para conseguir los certificados.
Ducha y cambio de ropa en el hotel AC (patrocinador del desafío), y regreso. Yo aproveche la presencia de Conchi y Javier, para hacer una excursión hasta Finisterre, y de nuevo volver decepcionados, y con la sensación de que nos engañan,(es broma). Las tres veces que he ido con mi hijo a Finisterre, a ver el mar bravo, nos hemos llevado una decepción, parece una balsa de aceite.
En fin otra vez será.
SALUD
NOS VEMOS CORRIENDO

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